Si eres de los que te gusta el vino, seguro te encantará esta escapada, pero si tu respuesta es no, creo que también te puede gustar. Incluso, lo que más me gusta de este paseo es que se puede hacer en familia, aún si tienes niños pequeños.
Lo que os propongo es visitar las bodegas Arzuaga Navarro en Quintanilla de Onésimo (Valladolid) muy cerca de Peñafiel. El viaje desde Madrid es de dos horas así que se puede hacer en un día.
Lo más importante es hacer con antelación la reserva para la visita a las Bodegas, y es importante que sea la de las 11h. Pues aunque tienen varias visitas ésta es la única que hace un recorrido por el coto de caza de la finca.
Las bodegas están en la vía hacia Quintanilla y pasando Peñafiel. Una vez allí se paga la visita (25€ y 20€ si reserváis en el restaurante para comer allí después de la visita), y a las 11:15h sale la visita a la finca desde las bodegas. Hasta la finca hay unos 7 km y hay que ir en coche propio, la guía suele ir en uno de los coches de las personas que van a la visita.
Una vez dentro de la ‘Finca La Planta’ podréis ver que se trata de un espacio de 1500 Ha de las cuales 150 son de viñedos de las siguientes variedades: tinto fino o tempranillo (en un 90%), cabernet sauvignon y merlot plantados a partir de los años 90, lo cual hace que sean una bodega joven y que aún no tengan cepas de más de 30 años que es cuando empiezana dar su mejor uva. Los viñedos son muy bonitos, pero os aconsejo visitarlos durante los meses de Junio o Julio, cuando podréis verlos verdes y con uvas. Si vais en otoño/invierno, habrá pasado la vendimia y no podréis apreciar bien los viñedos.
Luego nos adentramos en la reserva donde conviven jabalíes, ciervos y muflones, aunque no juntos, rodeados de encinas y sabinas. Hay alrededor de 600 jabalíes y según os va contando la guía, en la finca se hacen dos monterías al año. La reserva de ciervos es de casí 200. Durante la visita veréis muy muy de cerca a los ciervos y los jabalíes os caminarán alrededor. Si vais con niños, les va a encantar el paseo y podrán disfrutar de los animales.
La estrella del paseo suele ser la encina milenaria que se encuentra en el patio de la casa de la familia Arzuaga. Como podrán ver, sus ramas necesitan muletas para sostenerlas. Es preciosa y sus dueños han decidido no cortar ni una rama de este precioso árbol. Es obligatorio abrazar la encina y cargarse de todo lo positivo que una encina milenaria puede transmitirnos 😉
Volviendo a las bodegas (también tienen hotel si os queréis quedar la noche) os contarán todo el proceso de elaboración de los vinos Arzuaga. Las bodegas se nutren mayoritariamente de fruto propio pero compran una parte a viticultores de su confianza que al igual que en el viñedo propio, vendimian a mano y recogen el fruto en cajas haciendo una primera selección en el terreno. La edad promedio de estas viñas está por encima de los 80 años y proceden fundamentalmente de Burgos.
Se utilizan barricas de roble francés, un total de 4000. Aunque los vinos de crianza envejecen en barricas de roble francés y americano.
La visita dura unos 45 min y luego pasaréis a catar dos tipos de vino, el Pago Florentino (D.O. Pago Florentino) y Arzuaga Crianza (D.O.Ribera del Duero). También os darán algún aperitivo para acompañar el vino.
Una vez finalizada la cata (sobre las 14h) vamos a comer en el restaurante del Hotel Arzuaga. Os recomiendo tomar lechazo, es la especialidad y está buenísimo. También os recomiendo el pudin de queso de cabra, de los mejores que he probado.
Al terminar de comer, nos vamos a Peñafiel a visitar el castillo, desde donde podréis apreciar unas vistas muy bonitas de la ciudad, de los sembradíos y podréis ver las bodegas de Protos que están justo allí.
Y ya si así nos ponemos dirección Madrid después de haber pasado un bonito día disfrutando en familia y por supuesto, de un buen vino 😉