Fin de semana de otoño, te encanta la naturaleza y disfrutas de esos colores tan bonitos que sólo el otoño nos ofrece. Entonces eres como yo, y te adelanto que te va a gustar mucho el Hayedo de Montejo.
Es el único Hayedo de la Comunidad de Madrid, y esto es debido a la climatología que hay en la zona. Los hayedos necesitan temperatura constante y lluvia y estas dos condiciones las encuentras en la zona norte de la provincia madrileña y al límite con la provincia de Guadalajara y el río Jarama.
En 1974 fue declarado sitio de interés nacional y en 2017 fue declarado Patrimonio de la Humanidad. Está protegido desde 1989 para evitar que desaparezca ya que muchas hayas están sobre los 300 años y hay muy pocas nuevas.
Para poder entrar tenéis que reservar por internet los días 1 y 16 de cada mes a partir de las 9:30am, pinchar aquí para el enlace directo. Las entradas se acaban enseguida, sobre todo para los fines de semana. La otra opción es obtener un pase presencial en el Centro de Información de la Reserva de la Biosfera de la Sierra del Rincón (C/ Real 64 de Montejo de la Sierra). Hay un límite de plazas, 30 entre semana y 100 cada día del fin de semana.
Debéis llegar pronto, aunque la oficina no abre hasta las 9:30, nosotros llegamos sobre las 8:45am y ya había cola. De hecho nos dieron entradas para la siguiente visita, la de las 12:30. Luego con las entradas tenéis que ir con el coche hasta el hayedo, donde podréis aparcar enfrente. El hayedo abre todo el año, sin embargo los colores más bonitos son los de otoño. Nosotros fuimos el pasado 04 de Noviembre y ya pudimos apreciar esos tonos amarillos y naranjas de los distintos árboles.
La visita que dura 90 minutos, recorre la senda del río Jarama y está dedicada a contaros sobre la conservación y las condiciones del hayedo y de su ubicación. No podéis ir por libre, tenéis que ir con el guía aunque siempre tendréis tiempo para fotos. La explicación se hace amena y es interesante porque seguramente aprenderás muchas cosas sobre la flora y algo de fauna del entorno.
Luego para comer, lo hicimos en Casa Julia en Montejo de la Sierra y comimos muy bien y muy rico.
Os dejo fotos para que veáis que merece la pena el desplazamiento y el levantarse pronto 😉 sobre todo, merece la pena conocer rincones que la naturaleza nos regala y que debemos admirar y proteger para que nuestros descendientes puedan disfrutar también de ellos.