Si has visto la imagen del post, pensaras que es como estar en algún sitio de la Toscana y efectivamente es así. En este post os cuento mi experiencia en una mañana de vendimia en la Finca Río Negro en Cogolludo, Guadalajara, a una hora de Madrid.
Esta visita me ha encantado y os la recomiendo, es un plan perfecto para hacerlo en familia una mañana de fin de semana y donde todos disfrutaréis. Hay tres cosas por las que me ha gustado mucho esta visita, primero, es un plan diferente porque participas en la vendimia y aplastas uvas con los pies, segundo, porque el entorno y la finca es preciosa y tercero porque la atención es esmerada, y con esto quiero decir, que os atienden los propios dueños y os cuentan absolutamente todo sobre el proceso, sobre la finca, sobre la uva. Son personas encantadoras y te hacen pasar un rato muy agradable. Ni hablar de la experiencia de tomar un vino y tapear en medio de los viñedos, y todo por 25€ p/p, y niños menores de 5 años gratis.
Lo primero que debéis saber es que podéis visitar las bodegas todo el año pero este tipo de visitas para participar en la vendimia sólo se hace 3 veces al año y durante los meses de Septiembre y Octubre. La primera vendimia es de la uva blanca Gewurztraminer y las otras dos son de uva tinta, de las variedades Syrah, Tempranillo, Cavernet Sauvignon y Merlot.
Inicio de la visita
Os reciben los dueños de la bodega y pasáis a tomaros una copa en el salón de recepción. La finca es preciosa y decorada con muy buen gusto.
Las bodegas se crean en el año 1998 pero no es hasta el año 2007 cuando dan la primera producción que se lanza al mercado, pero no llega a comercializarse hasta el 2010. Con lo cual, son unas bodegas jóvenes pero han sabido sacar provecho y apostar por la calidad. Debido a que están ubicadas a casi 1000 mts sobre el nivel del mar y en una zona donde el terreno sólo les permite obtener 5000 kgs por hectárea (a diferencia de la región de Ribera del Duero, donde pueden obtener hasta 7500 kgs por hectárea), se han enfocado en obtener la mayor calidad de sus uvas, un esmerado proceso de vendimiado manual y combinan los diferentes tipos de uva buscando sabores más o menos estructurados pero con un carácter propio.
Vamos a vendimiar
Nos vamos a visitar las cepas y a probar las distintas variedades de uvas (directamente de la planta) y a realizar la vendimia de algún tipo de uva que todavía quede, aunque desde luego no son las mejores, ya que estas uvas que se vendimian son las que se pisarán más tarde.
Nos cuentan cómo se debe hacer correctamente la vendimia, ya que lo normal es que las uvas sean cortadas por un lado por una persona y por el otro por otra persona. Por lo que hay que tener cuidado con lo que se corta. A los niños les encanta lo de ir cortando las uvas y metiendolas en las cajas, aunque tengáis que estar pendiente para que no se hagan daño con las tijeras.
La vendimia dura aproximadamente 30 minutos y seguro os lo pasaréis muy bien, en nuestro caso, la vendimia la hicimos de la uva Tempranillo. Llevaros ropa cómoda y zapatos de campo porque el terreno es muy rocoso y aunque en nuestro caso vendimiamos en unas cepas que estaban cerca de las bodegas, otras veces hay que caminar un poco hasta llegar a los viñedos que toquen.
Al final no se nos ha dado nada mal 😉
Picoteo entre viñedos
Toca reponer fuerzas y qué mejor que un picoteo en medio de las viñas. Podréis catar sus vinos tintos: Río Negro y 992, y también el vino blanco Río Negro. Podréis comer tan ricamente, tortillas, chorizos, quesos, torreznos … delicious!!! Si váis con niños no os preocupéis que os pondrán mosto.
Lo mejor es que como el guía es uno de los dueños de las bodegas, os contará todo lo que queréis conocer y más. Son personas muy agradables y que no tendrán inconveniente a resolver cualquiera de vuestras dudas sobre el amplio mundo de la enología.
Pisado de uvas y visita a las bodegas
De regreso a la finca nos dirigimos a realizar la pisada de las uvas que hemos vendimiado, y aunque no lo haremos en un lagar de uva, lo haremos sobre recipientes de madera, y lo más importante es que podréis sentir esa sensación de aplastar la uva con vuestros pies como se hacía anteriormente. Si no te apetece realizar la pisada de la uva, podéis disfrutar de las bonitas vistas que hay alrededor.
Nos ofrecen un mosto recién hecho (no os dé miedo, que no es el que sale de las uvas que habéis pisado jejeje) y tenéis que probarlo, está riquísimo!!!!
Luego pasamos a ver los depósitos de acero y la sala de barricas. Nos cuentan a detalle el proceso desde los depósitos de acero inoxidable de última generación que tienen, con control de temperatura de fermentación y un novedoso sistema de bazuqueo interno programable de forma automática.
En la sala de barricas nos cuentan que disponen de barricas de roble americano y de roble francés y que su uso depende del tipo de vino. El tiempo que pasa cada vino en barricas no está definido, ni es estricto como ocurre en las denominaciones de orígen, en las que tienen que cumplir un tiempo reglamentario en barricas. En las fincas Río Negro, el tiempo en barricas lo marca el clima que haya hecho durante el año.
Finalmente veréis la máquina de etiquetado y lavado de botellas.
Corral para niños
Luego que ha finalizado la visita los niños podrán ir a ver el corral donde hay: gallinas, conejos, gallos, pavos reales, patos y ocas.
Y con esta visita a los animales finaliza nuestra visita a la Hacienda Río Negro. Claro, no sin antes aprovechar para comprar alguna botella de vino y despedirnos de una experiencia encantadora y divertida.