Lo mismo estarás pensando, ¿escapada rápida para ver dos países?… Imposible! Pues si, esta ruta que os cuento la hemos hecho durante 4 días y hemos visitado Rüdesheim, Schwetzingen, Heilderberg en Alemania y Colmar y Estrasburgo en Francia. También podéis complementar el viaje con Luxemburgo o Frankfurt si disponéis de más días, pero de momento os cuento la ruta por si os apetece el viaje.
Cogimos un vuelo desde Madrid a Frankfurt por AirEuropa, con 3 meses de antelación, pero al ser semana santa los precios eran muy elevados, así que intentamos no salir el jueves santo ni volver el domingo ni el lunes, ya que las tarifas son más caras. Conseguimos el vuelo por 80€ p/p. Mi consejo para comprar vuelos baratos es que los compréis los martes o miércoles, son más baratos, y aún más, siempre intentad salir un jueves (si no es festivo) y volver un martes, la tarifa cambia notablemente.
Aprovecho para comentaros que hay una web llamada ‘Exprime viajes‘ que se dedica a buscar ‘chollos’ por internet, errores de aerolíneas u hoteles y te notifican por correo de los mejores precios. Si tienes pasión por viajar, te aconsejo que te apuntes porque los precios son muy buenos.
Continúo con el itinerario que me compete. Esta vez nos alojamos en Mannheim en casa de una amiga, por lo que no os puedo aconsejar sobre alojamientos, aunque si es una buena idea buscar el hotel en Mannheim y no en Frankfurt que es más caro.
Alquilamos un coche en rentalcars.com que nos costó 100€ los 4 días con seguro a todo riesgo incluido. Nos salía rentable el coche porque pagando el billete de tren de ida y vuelta al aeropuerto de Frankfurt para 2 personas, ya gastábamos lo que costaba el alquiler del coche.
Día 1: Viñedos en un pueblo típico alemán
Aterrizamos muy pronto a Alemania y ese mismo día fuimos a conocer Rüdesheim, es un pueblito vinícola a orillas del río Rin y patrimonio de la UNESCO.
Las callecitas típicas de un pueblo Alemán de Rüdesheim te atraparán, pero lo que no os podéis perder es subir al teleférico. En este paseo podréis disfrutar de las vistas del pueblo, del Rin y de los viñedos.
El tiempo no nos ayudó ese día y por tanto en las fotos no se aprecia bien lo bonito del entorno.
Comimos en un sitio típico alemán cerca del ‘Rathaus’ y luego tomamos una tarta en uno de los muchos sitios que hay para ellos en la calle del río. No podéis dejar de probar los vinos Riesling que son los típicos de la zona.
Día 2: Colmar y Estrasburgo las ciudades ‘canales’ de Francia
Fuimos a conocer Colmar, esta preciosa ciudad es conocida porque es donde nació en el 1834 el creador de la original estatua de la libertad, Frédéric Auguste Bartholdi. Por ello para conmemorar el centenario de del fallecimiento de Bartholdi (1904), se levantó en Colmar una réplica de doce metros de altura y tres toneladas de peso en la entrada norte de la ciudad.
La ciudad es muy pintoresca, con canales por los que puedes pasear en barco y con casitas típicas alemanas de muchos colores. Si vais en Semana Santa, vais a quedar encantados con los festejos y decoración que hacen para celebrar la Pascua. Si viajas con niños, se divertirán, hay mini corrales con conejos, gallos, gallinas, etc.
En Colmar la diversión es recorrerla entera, pasear por sus plazas, tomar un vino de la región de Alsace (de la zona) y yo especialmente os recomiendo los vinos de la uva Gewurztraminer, son blancos y con un toque dulce y muy afrutados y están muy buenos.
De vuelta a Mannheim hacemos una parada en Estrasburgo, capital de Alsace y una ciudad preciosa, no en vano está catalogada Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO. Está llena de canales debido a la confluencia de varios ríos, y algunos de sus puentes se abren y cierran para el paso peatonal y de embarcaciones que van por los canales, es curioso.
Al igual que Colmar, es una ciudad para recorrerla andando y perdernos en sus calles empedradas, llegar hasta la Catedral «prodigio de lo gigantesco y lo delicado» como dijo Victor Hugo, se puede divisar desde varios kilómetros.
Luego podéis visitar los dos barrios más importantes de Estrasburgo: Petite France y el Barrio Alemán. Petite France, barrio que debe su nombre al hospital que se construyó en el siglo XVI es el barrio de Estrasburgo mejor conservado. Barrio alemán, construido por los alemanes con la intención de convertirlo en la «city» de la ciudad, construyeron organismos administrativos y una serie de edificios de estilo gótico renancentistas de gran calaje tales como la Universidad, parques grandes y sorprendentes como el Jardín Botánico, además de amplias y largas avenidas.
Por la noche encontraréis muchos sitios para comer o tomar algo en el centro de la ciudad.
Día 3: Palacio de Schwetzingen y visita a una cervecería típica
Y nos vamos a conocer uno de los palacios cercanos a Mannheim, el Palacio de Schwetzingen. Este palacio era la residencia de verano de los príncipes electores del Palatinado Carlos Felipe y Carlos Teodoro. Tras ser destruido en el siglo XVII, el palacio fue reconstruido entre 1700 y 1717 en estilo barroco. Tanto el palacio como los jardines y la mezquita roja, son preciosos. El Palacio también tiene un jardín con gran cantidad de Almendros que justo florecen por estas fechas (inicio de primavera) y es precioso el paisaje.
El lago con cisnes y patos son una atracción para los niños, y el paseo por los distintos jardines: jardín turco, jardín inglés y jardín francés, seguro os gustará a toda la familia.
Llega la hora de comer y vamos a la famosa cervecería Schwetzinger Brauhaus zum Ritter donde podéis tomar la cerveza artesanal hecha de trigo que elaboran allí mismo y también tenéis la cerveza tostada que está muy buena. El salón de abajo es precioso, la decoración tipo taberna con antorchas y con poca luz, tiene su encanto. Se come muy bien y la atención es esmerada.
Una vez hemos comido, volvemos al Palacio a terminar la visita (podéis volver a entrar sin problemas) y seguimos el paseo por el resto de jardines y por el lago. Visitamos la mezquita roja y disfrutamos del paseo por el lago junto a la Mezquita.
Os dejo este enlace con fotos a detalle de cada una de las estancias del Palacio de Schwetzingen, pues creo que se aprecia mucho mejor la belleza del lugar.
Luego volvemos a Mannheim.
Día 4: Heidelberg y más cerveza 😉
Este es uno de las ciudades que no podéis dejar de visitar si estáis por esta zona de Alemania. Heidelberg es una de las ciudades del Valle del río Neckar (el cual discurre entre colinas boscosas y donde encontrarás bellos pueblos y castillos). La mayor importancia de Heidelberg la tiene por tener la primera Universidad de Alemania, fundada en 1386.
El trayecto desde Mannheim a Heidelberg lo hacemos en tren (unos 10 minutos) y luego cogemos el tranvía que nos lleva desde la estación de tren al centro de la ciudad.
Comenzamos andando por la calle peatonal más larga de Alemania, la Haupstrasse. Durante el recorrido podrás ver los coloridos edificios barrocos que están a ambos lados de la calle. Llegaréis a la Plaza del Mercado donde veréis la iglesia más antigua de Heidelberg y el ayuntamiento.
Luego llegamos a la estación donde podemos coger el funicular para subir al Castillo de los Príncipes Electores, de notable importancia en el ámbito germánico y desde el que se disfruta de una magnífica vista sobre el valle y la ciudad. Podéis subir de varias formas: autobús, andando o a través de funicular. La visita al Castillo es casi obligada, aunque las mejores vistas del Castillo las tendréis desde el Alte Brücke, el precioso puente peatonal que aparece en las fotografías más típicas de Heidelberg.
«Los orígenes del castillo de Heidelberg se remontan a finales del siglo XII cuando se nombró el primer conde palatino, y esta zona de Alemania empezó a ser conocida como el Palatinado. El primer conde palatino estableció su residencia en el castillo.
Durante los siglos posteriores las instalaciones del castillo se fueron ampliando con la incorporación de nuevos edificios que mostraban unas magníficas fachadas de estilo renacentista«.
Pero su declive se inició en 1689, durante la Guerra de los Nueve Años, cuando los franceses lo atacaron y destruyeron casi por completo. En 1764 se comenzó a reconstruir pero un incendio afectó de tal manera el castillo, que desde entonces ha permanecido casi en su totalidad en ruinas.
Así finaliza nuestro viaje por esta zona de Alemania y Francia, un paseo lleno de contrastes, de pueblitos con encanto y paisajes hermosos disfrutados con muy buena guía turistica.